Estrenada en 2012 ‘Las ventajas de ser invesible’ es, sin duda, el mejor trabajo de la carrera de Emma Watson.
Ayer, las redes sociales cayeron en la cuenta de que han pasado 11 años de que se estrenara en septiembre de 2012 en Estados Unidos la película ‘Las ventajas de ser invesible’ y los usuarios se mostraban más que horrorizados con el paso del tiempo.
‘Las ventajas de ser invesible’ adapta la novela homónima de Stephen Chbosky (‘Wonder’), que también dirige la película. Nos lleva a 1991, año en el que conocemos a Charlie (Logan Lerman), académicamente precoz y poco sociable; es un marginado, siempre observando desde la distancia, hasta que un par de jóvenes carismáticos lo acogen bajo su ala.
La bella Sam (Emma Watson), de espíritu libre, y su hermanastro Patrick (Ezra Miller), sin miedo a nada, cuidan de Charlie ofreciéndole nuevas amistades, el primer amor, sexualidad floreciente, fiestas sin fin, pases a medianoche de ‘The Rocky Horror Picture Show’ y la búsqueda de la canción perfecta.
Al mismo tiempo, su profesor de inglés, el Sr. Anderson (Paul Rudd), lo introduce en el mundo de la literatura, fomentando su sueño de ser escritor. Pero a pesar de que Charlie prospera en su nuevo y cada vez más creciente mundo, el dolor de su pasado (el cual incluye el suicidio de su mejor amigo Michael y la muerte accidental de su amada tía), se esconde bajo la superficie. Mientras sus viejos amigos planean dejar los hogares para ir a la Universidad, el precario equilibrio de Charlie comienza a desmoronarse, hallándose en su tristeza una revelación desconcertante.
En la principal base de datos cinéfila, IMDb, ‘Las ventajas de ser invesible’ está puntuada con un estupendo 7,9; mientras que en Rotten Tomatoes consigue nada menos que un 85%, así que podemos decir objetivamente que es una de las mejores películas de Emma Watson, más allá de la saga completa de Harry Potter, que nunca fue tan bien valorada por la crítica (a pesar de ser enormemente más popular).
De la película hay varias lecciones que debemos aprender. Por ejemplo, la idea de que si te obstinas en ser el más popular del instituto (o, extendiendo a la madurez, tu comunidad de vecinos, tu pandilla de amigos o tu trabajo), es posible que estés tan centrado en mantener esa popularidad que nunca descubras quién eres en realidad -o que lo tengas escondido bajo tu propia concha del caracol-.
Y es que la traducción perfecta del título en inglés, ‘The Perks of Being a Wallflower’ sería ‘Las ventajas de ser tímido’, porque el protagonista lo es. El Charlie al que da vida Logan Lerman es ese niño introvertido que hemos sido muchos de nosotros; tranquilo, gris, que no hemos querido (ni queremos) llamar la atención ni ser el alma de la fiesta. Ser tímido te da la oportunidad de ser más auténtico: así lo creo y así lo extraemos de la película.
Es una película mágica, de esas que crecen cada vez que la vuelves a ver descubres detalles nuevos; puntos de vista y dimensiones interesantes. Ya sabes lo que va a pasar en la historia y conoces el final, pero el viaje, los personajes, el diálogo y los mensajes son los que hacen que vuelvas a sentirte como la primera vez. Y eso no lo logran muchas películas.
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