Paranormal. Como un fenómeno científicamente inexplicable. “Algunos días siento que todo parece resultado del destino y otros pienso que mi vida resulta demasiado surrealista y no lo puedo creer”, dice Emma Watson. Sentada frente a la mirada honda de Alejandro Amenabar, quién la ficho para protagonizar su filme más reciente, Regresión. junto a Ethan Hawke, la actriz británica define así el momento mágico que está viviendo. Su hechizo, desde que de niña coprotagonizó la saga Harry Potter no ha perdido fuerza. La madurez le ha traído experiencia para hacer bien otro tipo de películas, así como la determinación para culminar con éxito la carrera de Literatura Inglesa, ser embajadora de la Buena Voluntad en las Naciones Unidas, llevar una vida personal intersante sin escándalos y lidiar elegantemente con los miles de fans que la persiguen. Aquí va la entrevista de Emma, sin las respuestas de Alejandro Amenabar:
¿Hace falta ser muy valiente para embarcarce en una película de miedo?
A mí me han ofrecido papeles oscuros antes, pero este ha sido el primero que he querido hacer. Y en gran parte, esa decisión se ha debido a Alejandro, porque para entrar en esos lugares tan tenebrosos y sentirlos de verdad necesitas la ayuda de alguien en quién confías y que sabes que va a cuidar de ti mientras vives esa experiencia, que va a crear un ambiente que te va a hacer estar protegida y a salvo mientras llevas a cabo el trabajo.
En Regression, la psicología se enfrenta a la espiritualidad. ¿De que lado estas? ¿Creen en un más allá, crees en la existencia de Dios?
No creo en los fantasmas, pero sí en la idea en que el misterio, lo desconocido, el no ser capaces de entenderlo todo, es muy importante para la conciencia humana. Pienso que es bueno ser curioso, porque eso nos permite prender la inspiración. Es más, hay algo de vergonzoso en que a gente enfoque siempre en una manera concreta ciertos temas: estar abierto a lo que pueda pasar es algo muy bonito.
En tu caso no parece tan sencillo. ¿Cómo afrontas ser un personaje público y a la vez, llevar una existencia normal?
Yo me he obligado a realizar un esfuerzo muy consciente para lograrlo, porque, si me dejara llevar por esta industria, sería muy fácil no tener los pies en el suelo. Ser famoso en este trabajo supone estar muy aislada del resto de la gente; pasar una gran cantidad de horas en coches, en habitaciones de hotel…Pero ya no me afecta mucho. Al final, siempre he encontrado el modo de conectar con la realidad. Llegué a tomarme cuatro años en los que sólo hice personajes secundarios y he vivido grandes periodos de tiempo en los que no sólo he estado involucrada en el mundo del cine, sino que además, ne ido a la universidad. Y eso me ha ayudado bastante. Creo que, y esto lo vio mi madre cuando yo era muy joven, si quiero ser actriz tengo que ser capaz de retratar a personas con distintos puntos de vista. Y esta capacidad sólo te la aportan las experiencias.
Emma te has convertido en un icono de causas que trascienden su trabajo. Eres embajadora de la Buena Voluntad de las Naciones Unidas en la campaña HeForShe y autora de un discurso que ya ha hecho historia ¿Estos papeles son los más difíciles de interpretar por la responsabilidad que conllevar?
Por lo general, yo soy una persona muy reservada. Y el día del discurso en las Naciones Unidas estaba muy nerviosa. Pero hay veces que sientes que hay cosas que tienes que decir. Y, si no las dices, sabes que no estás siendo sincera con una parte de tí. Aquello no fue algo que me resultase fácil ni natural. Aunque tenía presente que, si me atrevía, sería mas sincera conmigo misma y también más libre. Me daba miedo, sí, pero a la vez resultó muy liberador. Pensé que sería honesta y que así la gente podría ver quién soy en verdad.
Mostrarte tal y como eres. En Regression subyace el sentimiento de que aquellos que se encuentran cerca o incluso más te quieren, pueden convertirse en tus peores enemigos ¿Ese riesgo aumenta con la fama?
Lo único es que, si eres conocido, te pasa a gran escala, pero los temas y los sentimientos son los mismos.
¿Te haz sentido alguna vez del síndrome del impostor, ese trastorno psicológico transitorio que te lleva a pensar que tus éxitos no son fruto de tu trabajo sino de fuerte?
Es una sensación muy humana. Muchas veces es difícil aceptar que tus sueños se ha hecho realidad. Y te preguntas por qué eso te sucede a ti no le pasa a nadie más. Por que a tí. Es complicado: son sentimientos difíciles de procesar pero que a mí me hacen ser más decidida, me ayudan a trabajar más para ser digna de los privilegiados que la vida me ha puesto en el camino.
Emma, ahora que has terminado la carrera de Literatura Inglesa ¿es posible que saques a la luz un guión propio?
Eso, con toda seguridad, es algo muy dificil de hacer, seguro que me llevaría a sentirme bastante vulnerable.
Siempre puedes pedirle a Alejandro algún consejo de veterano…
(risas). Si quizá. Pero creo que él prefiere transmitir a través de mí, que soy actriz, lo que escribe. Al fin y al cabo, Alejandro, un guión es tu voz.
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