Otro discurso que se clava en la mente y el corazón de los americanos. ¿La autora? Emma Watson, la líder feminista de Hollwood.
Además de boxear en Canada y reunirse con su nuevo compañero de campaña, el atractivo Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, Emma Watson habló hace unos días para 1.300 jóvenes líderes durante el One Young World Summit celebrado en Ottawa. Su emocionado discurso giró en torno a los resultados de la campaña HeforShe (“Había abierto la caja de Pandora alcanzando un nivel de crítica que nunca antes había experimentado en mi vida”) y a cómo el hecho de entrar en contacto con otros activistas ha cambiado su vida (“Por primera vez en mi vida… he encontrado a mi tribu”).
Pero el momento más conmovedor llegó al final, cuando Watson se sinceró ante el público acerca de las normas que rigen su vida y que suponen un desafío para ella: “Quiero mencionar una serie de objetivos que trato de cumplir a diario y que me han servido de inspiración. Quiero pediros que, durante un momento, mantengáis los ojos cerrados o, si lo preferís, abiertos, y penséis si a vosotros os pasa lo mismo”.
Aquí su discurso:
Gracias (risas). Hace dos años, puse en marcha una campaña llamada HeforShe y lo hice en la ONU. Estaba muy nerviosa antes de empezar a hablar. A los nervios les siguió un tremendo subidón inmediatamente después del discurso y un bajón unos días más tarde.
Mis mejores deseos y mis peores temores se confirmaron todos a la vez. Había abierto la caja de Pandora, alcanzando un nivel de crítica que nunca antes había experimentado en mi vida. Los dos últimos años han sido una prueba de fuego, y me quedo corta, en los que me he dado cuenta de lo poco y, al mismo tiempo, de lo mucho que sé. Ha sido mi primer paso como activista, una palabra que nunca imaginé que iba a utilizar para describirme a mí misma. Por eso, leer las solicitudes para una beca de One Youg World ha supuesto una sorpresa para mí.
Ahí estaba yo, leyendo las historias de personas de unos 200 países de casi todo el mundo, unas experiencias que nunca habría podido imaginar. Quiero decir, que era impensable para mí que en el mundo sucediesen cosas así. Y, sin embargo, sus experiencias se parecían mucho a las mías. Los mismos temas surgían una y otra y otra vez. Eran las mismas cosas en las que yo había estado pensando y contra las que había estado luchando, pero la verdad es que no estaban relacionadas con el hecho de ser activista. Tenían que ver con la decisión de hacerme visible y con vuestra decisión de hacer lo mismo también. Además de los importantes avances que se han conseguido a favor de la igualdad, lo mejor que me ha pasado en estos dos últimos años ha sido esto: encontrar personas y comunidades con experiencias tan parecidas a las mías.
Esta comunidad está formada por artistas, maestros espirituales, soñadores, pensadores y emprendedores que trabajan juntos y se apoyan mutuamente. Por primera vez en mi vida, me he encontrado con mi hermandad o como queráis llamarlo. He encontrado mi tribu. Espero que vosotros también encontréis vuestra propia tribu mientras estéis aquí. Yo necesitaba la mía. Bobby Kennedy, cuando era senador por Nueva York dijo, ” Cada vez que un hombre defiende un ideal, actúa para mejorar la suerte de otros o lucha contra una injusticia, transmite una onda diminuta de esperanza. Esa onda se cruzan con otras desde un millón de centros de energía distintos crean una corriente que puede derribar los muros más poderosos de la opresión y la intransigencia”.
Eso es lo que estamos haciendo. Nosotras, todo el espectro del movimiento feminista, estamos construyendo una corriente imparable para la cual necesitamos ondas de esperanza procedentes de personas de cualquier edad, raza, aptitud, condición social o experiencia humana. Creo que la igualdad de género es tan importante como cualquiera de los otros objetivos que vamos a discutir aquí. Y, de hecho, creo que es lo más importante, ya que está relacionada con cada uno de los problemas a los que nos enfrentamos todos los días. Todos tenemos energías masculinas y femeninas dentro de nosotros. Y hay que respetar ambas fuerzas. Tienen que trabajar juntas con el fin de hacer que el mundo vaya bien. Cada uno de vosotros está aquí, en One Young World, porque hacéis algo importante. Y es muy emocionante veros aquí reunidos porque One Young World no se limita a exponer lo que yo, lo que cada uno de nosotros individualmente hacemos, sino lo que nosotros podemos hacer, trabajando juntos, apoyándonos y escuchando a los demás.
Es dentro de ese espíritu en el que estoy encantada de presentaros a nueve activistas que son los primeros beneficiarios de una beca One Young World y que es un honor para mí que lleve mi nombre. Están trabajando para garantizar un progreso real hacia un mundo de igualdad de género y espero que sus historias os sirvan de inspiración como a mí. Dentro de un momento voy a pedirles que suban aquí, pero antes de hacerlo, quiero mencionar una serie de objetivos que trato de cumplir a diario y que me han servido de inspiración. Quiero pediros que, durante un momento, mantengáis los ojos cerrados o, si lo preferís, abiertos, y penséis si a vosotros os pasa lo mismo. Estoy dispuesta a que me vean. Estoy dispuesta a hablar claro. Estoy dispuesta a seguir adelante.
Estoy dispuesta a escuchar lo que otros tienen que decir. Estoy dispuesta a seguir adelante incluso en los momentos en que me sienta sola. Estoy dispuesta a irme a dormir cada noche en paz conmigo misma. Estoy dispuesta a mostrar la parte más grande, más fuerte y mejor de mí misma. Estas siete afirmaciones me hacen inmune a toda la mierda que hay en el mundo. Sé que son la clave de todo y, al final del día, es así como quiero haber actuado en todas las situaciones que se me han presentado a lo largo de la jornada. También sé que, seguramente, casi todos vosotros probablemente os habéis puesto como objetivo cumplir cada una de estas cosas en las últimas 48 horas y, si lo habéis hecho, os doy las gracias por estar aquí. Os lo agradezco. Es realmente un honor para mí estar aquí con vosotros. Gracias.
Fuente harpersbazaar