Emma Watson: “Quiero algo diferente”


Saltó a la fama con Harry Potter y el mundo de la moda le abrió las puertas de la celebridad. Su compromiso con diversas ONGs y su deseo de dejar el cine.

Con el reciente estreno de Noé, de Darren Aronofsky, llegó una nueva versión de Emma Watson, la actriz británica que dio vida durante once años y ocho películas a Hermione, la aprendiza de mago en Hogwarts y amiga de Harry Potter, el chico de lentes redondos y cicatriz en forma de rayo. A los 23 años, Emma cuenta con una extensa (14 años), exitosa y productiva carrera actoral (se estima su fortuna en 25 millones de euros), pero no le resultó fácil alejarse de su primer personaje. Quizá por eso aceptó protagonizar a Nikki en The bling ring, de Sofia Coppola, una chica superficial, materialista, amoral y vana y sensual, un carácter que representaba todo lo que siempre odió. Hija de abogados y formada en las tradicionales escuelas inglesas, Watson es una celebridad comprometida con las buenas causas que se reconoce, además, un tanto feminista.

En la entrevista que concedió al diario londinense The Guardian el lunes 31 de marzo señaló lo “peligrosamente malsana” que es la presión que ejerce el mundo de la moda sobre las mujeres. “Cuando era más joven, esa presión me tiró abajo –admitió–, pero ahora estoy tranquila. Sucede que con los retoques digitales se proyecta una imagen imposible de conseguir y eso es malsano. Me interesan más las mujeres que no son perfectas, que aceptan el proceso de envejecimiento, porque son más convincentes”.

Sin embargo, fue el mundo de la moda el que le abrió las puertas a la celebridad más allá de Potter: a los 15 se convirtió en la mujer más joven en ilustrar la portada de Teen Vogue; fue y sigue siendo elegida como la británica mejor vestida; su rostro animó las campañas 2009 y 2010 de Burberry, y desde 2011 es la cara de Lancôme.

También en 2010 comenzó su relación con People Tree, una marca de moda de comercio justo que fomenta el respeto al medio ambiente, protagonizando la campaña de ropa ecológica para un público de entre 16 y 24 años. Para entender el proceso de producción y conocer a las familias que elaboraban la ropa, Watson viajó a Bangladesh, una iniciativa que describió como “una experiencia increíble y única”. Embarcada en la filantropía, a mediados de 2011 posó para el artista británico Mark Demsteader, con la condición de que el 10 por ciento de las ganancias por ventas de los cuadros se donaran a Camfed International, ONG que procura incorporar a las niñas de las zonas rurales africanas al sistema escolar. Y el año pasado posó para el fotógrafo estadounidense James Houston, con el objetivo de recaudar fondos para Global Green USA, ONG centrada en la sustentabilidad y la preservación del medio ambiente.

Entre película y película, Watson continúa sus estudios de literatura inglesa en la Universidad de Brown, en Estados Unidos, a pesar de que no le fue fácil adaptarse: “El seguimiento permanente de los fotógrafos británicos no ayudó a mi integración. El primer día fui a la cantina y todo el mundo giró para mirarme. Me dije ‘está bien, puedes hacerlo, sólo respira hondo y toma coraje’”. Confesó estar ansiosa por terminar sus estudios y dedicarse a actividades como la pintura o el yoga: “Quiero encontrar algo diferente y que a la vez me motive. No quiero saber nada del cine”.

Pero es más una expresión de deseo que una decisión: este año se estrenarán, además de Noé –donde comparte cartelera con Anthony Hopkins y Jennifer Connelly–, Tu voz en mi cabeza y La Bella y la Bestia. En pocos días más comenzará a filmar Regresión, un film de suspenso, a las órdenes de Alejandro Amenábar. Y se rumorea que podría interpretar a Ariel en La Sirenita, la nueva película de Sofia Coppola. “Me disfracé de Ariel para mi quinto cumpleaños, así que ya tengo el traje –dijo Watson–. No leí el guión, pero me encanta el trabajo de Sofia”.

Fuente infonews.com